12 febrero 2010

Previsibilidad

Durante estos días estoy oyendo como en algunos medios se reclama previsibilidad en la Argentina. Y para realizar una comparación, se toma la conducta de los políticos chilenos durante y después de las elecciones presidenciales (en las que salió triunfante el opositor y conservador Piñera); y el mensaje de Mujica, presidente de Uruguay, durante una cena con más de cien empresarios, muchos de ellos argentinos, en el que aseguró que no se presionará con impuestos al desarrollo de las empresas para que sus inversiones en el país sean exitosas. Y además negó la posibilidad de expropiar empresa alguna...

De esto se colgó, por ahora, el canal TN. Nelson Castro se puso muy serio cuando demandó que en nuestro país se aseguren las mismas condiciones.
Y no es la primera vez que se alaba la "falta de conflicto" en las políticas vecinas. Pero déjenme preguntar, ¿esperan que no haya conflictos cuando se perjudican unos intereses en favor de otros? ¿Esperan que los relegados en la competencia por la concreción de dichos intereses acepten de buena gana que perdieron poder de decisión? ¿Esperan que los sectores excluidos acepten eternamente su falta de poder estatal para que su situación y el futuro de sus hijos pueda mejorar? ¿Esperan que los sectores dominantes de ahora y siempre se queden en el molde cuando vean venir un movimiento que perjudique su acumulación de capitales?

Los conflictos y los choques de fuerzas no sólo son esperables sino que son saludables. Saludables porque desenmascaran las diferentes realidades. Porque con su desarrollo se obtiene, más pronto o más tarde, su resolución. Con esto no quiero decir, por favor, que cualquier medio o forma es buena para afrontar los conflictos. La violencia armada, por ejemplo, es un tema peligroso. Yo soy partidario de la preservación de la vida (y en relación indirecta, de las posturas ideológicas). Porque la vida de toda personas es algo tan único que perderla con tal de prevalecer sobre otras posturas es inadmisible. Incluso si esas posturas opuestas están determinadas en matarnos. Sun Tzu habla de algo similar en su El Arte de la Guerra.


De lo que no soy partidario es de llamar previsibilidad a la persistencia de la pobreza y la miseria en un pueblo. Siempre que haya pobreza, chicos que se críen con hambre, si poder leer, sin tener identidad mientras observan como otros pueden triunfar de formas estúpidas, sin más merecimiento del que ellos tienen. Chicos que vean cómo las personas con poder se cagan en la vida y la alegría de los demás. Mientras haya un solo chico que no lleve una infancia alegre, que tenga que romperse el lomo para sobrevivir un día más. Mientras pase esto, ¡carajo!, que arda el mundo. Qué importa  lo demás. Entiendo los pasos graduales, y que las inversiones extranjeras facilitan un porvenir mejor para todos. Pero ¿previsibilidad económica? Si estamos dejando morir, a conciencia, a los futuros ciudadanos. Si los discriminamos por su condición social, que probablemente hayan heredado de sus padres, o incluso de sus abuelos. No critico el rasgarse las vestiduras. Pero creo que hacen de abogados de quienes no los necesitan.
Se están llevando todo por delante

Esta expresión es la que se está usando cuando se hace referencia a la forma de hacer gobierno de los Kirchner. La linea entre usar y abusar es borrosa, por supuesto. Pero frente a la toma de medidas, lo que están repitiendo varios personajes es que hay que evitar que el Poder Ejecutivo haga el mayor daño posible. Lo que en su parafraseo es "que no hagan nada". Yo no puedo evitar preguntarme qué es lo que han hecho que ha dañado tan terriblemente al país como para que sus pares se propongan frenar que sigan por el mismo camino.

Durante la etapa kirchnerista se derogó la Ley de Punto Final y de Obediencia Debida; se sacó de manos privadas el manejo de los fondos de jubilación; se recuperó la propiedad estatal de la aerolínea de bandera; se cambió, de una vez por todas, la ley de radiodifusión creada durante el último golpe de Estado, ley que tenía más de 25 años y que además de sinsentidos contaba con artículos sumamente anticuados (las radios FM eran mencionadas como una novedad...cuando hoy ya se está discutiendo el paso de la TV analógica a la digital HD), por una ley confeccionada por organismos no gubernamentales que llevan en la tarea casi desde la vuelta a la democracia, que luego fue discutida y modificada durante su paso por el poder Legislativo; se rehabilitó a la Corte Suprema de adicciones con la política (principalmente menemista); se puso en marcha la Asignación Universal a la niñez, que se articuló con la agilización de los trámites de la documentación de identidad, provocando que muchos niños que no tenían identidad definida legalmente tengan una razón de peso para tenerla; se cortó lazos con el FMI, saliendo de las obligaciones que este organismo imponía para con nuestra economía de Estado....

Yo, aunque lo parezca por estas palabras, no soy kirchnerista. No voté al FPV en la elección legislativa del 2005 (la cual fue mi primer votación). No voté por Cristina en las elecciones presidenciales donde sacó más del 40%. No voté por el FPV en las últimas elecciones legislativas. Y posiblemente tampoco vote por su fuerza en el 2011. Pero no puedo dejar de ver que hay factores en juego de muchos actores político-económicos. Y frente a esta situación todos los lados están usando sus poderes para proteger a los mismos, y/o para seguir aumentándolos. Y nadie puede negar la capacidad del poder económico en estas luchas. A la hora de ponerse del lado de alguno de estos muchos lados, hay que pensar qué se está defendiendo. ¿Es el interés general? ¿Es un interés ajeno y privado? ¿Es mi interés particular y privado? ¿Cuáles son más compatibles entre sí? ¿Cuál/es va/n decididamente en contra de otro/s?

El preciso momento en que se hagan estas preguntas, ustedes van a estar un paso más cerca de alcanzar la conciencia social, política, y económica que este país (y no sólo este país) necesita para sobrevivir, y, luego, VIVIR.

1 comentario:

Unknown dijo...

Con este artículo no quiero decir que las gestiones kirchneristas no tienen cosas malas, como corrupción, alteración de las estadísticas del indec, etc. Pero creo que siempre hay que hacer balances de hechos positivos y negativos. Y frente a este balance, la reacción me parece desmedida.