Los detractores del matrimonio homosexual deciden militar para ilegalizar la producción, venta y consumo de sacarina, aspartamo y otros edulcorantes artificiales que no hacen otra cosa que corromper la función natural, central y fundamental, del acto digestivo: proveer de nutrientes al cuerpo humano.
"Como todos sabemos, la nutrición es indispensable para la supervivencia del hombre y por ende es parte estructural de las sociedades. No respetar esas bases que han sustentado por miles de años a las sociedades supone un peligro inédito para su subsistencia."
Los manifestantes empezaron a organizarse para protestar en el instante en que se enteraron que estos compuestos son diseñados solamente para satisfacer ciertos deseos, mientras que intencionalmente se proponen no nutrir al humano.
"No nutrir la persona se traduce como falta de crecimiento, debilitamiento general y eventual muerte del cuerpo terrenal. Una sociedad madura no puede permitir que esto le pase a sus integrantes." declaró una organizadora de la manifestación, perteneciente a la Iglesia Católica (apostólica romana).
