15 mayo 2006

tkmmmmmm

mmm, si lo pienso, no se si yo te quiero mucho. Más bien lo que quiero es abrazarte y cuidarte mucho mucho mucho mucho mucho mucho.
Y no creo ser el único en el que despiertes estos sentimientos. Y, seguramente como muchos, veo en vos algo que me atrae terriblemente. Que renueva mis esperanzas en el mundo y las personas. Algo que me hace bien. Y, seguramente como muchos, quiero que veas en mi, lo que no ves en muchos.
Simplemente quiero abrazarte bien fuerte, y desgarrarme el corazón para que asi el tuyo sea feliz, y que la vida te vaya como esperabas; pero creo que nunca podré darte la felicidad que me diste al haberte conocido.

Asi como el abismo tiene la perla,
y la noche la Luna,
cuanto daría yo por ser un instante el alba
y tener asi a mi rocío.

No soy un buen poeta, ya lo se. Tal vez fito pueda decirlo mejor...

Epifánico silencio a la hora del amar,
tus ensueños ya se hicieron a la mar,
un extracto del perfume del dolor,
tus muñecas boca arriba y hacia el sol.

Tus regalos deberían de llegar,
los elefantes locos, el vestido, el ajuar.

Caminando en la neblina que disipa el corazón,
los milagros en tu cuerpo ya serán,
las violetas de tu sangre vivirán,
sobre un río enamorado, y en su andar...

tus regalos deberían de llegar,
las velas, las vajillas, y tu felicidad.

Y no sabés si detenerte o llover,
y parar sobre el mundo a tus pies,
tu sonrisa que nos hace temblar,
tiembla el mundo, que no entiende al final.

Es el beso de la vida,
la sutil melancolía,
el momento cuando piras,
los espacios donde miras,
y las gotas de tu lluvia se irán.

Y otra vez en la secuencia de los pétalos que caen,
se descubren los misterios del azar,
y las manos que se encuentran en la flor,
la bestial naturaleza del amor.

Tus regalos deberían de llegar,
si todo se termina, todo vuelve a empezar.

La mañana que se viene es una vieja sensación,
que refleja en los espejos del tiempo,
y la niña, acurrucada en el rincón,
es la chica contra la furia de dios.

Tus regalos deberían de llegar,
no es mucho lo que tengo para darte, mirá.

Y no sabés si detenerte o llover,
y parar sobre el mundo a tus pies,
tu sonrisa que nos hace temblar,
tiembla el mundo, que no entiende al final.

Es el beso de la vida,
la sutil melancolía,
el momento cuando piras,
los espacios donde miras,
y las gotas de tu lluvia se irán.

Y tus regalos deberían de llegar,
y las gotas de tu lluvia de irán.

(Tus regalos deberían de llegar, de Fito Paez)



Y si. Otra noche de euforia.
Euforia ante una chica hermosa que me hace bien. Que a todos le hace bien. Que creo necesita que alguien esté con ella.
Y esto último es lo que yo también necesito.
Es curioso, no? El amor es una necesidad que, habiendo dos necesitados, en vez de aumentarse, se satisface.

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