29 agosto 2010

"¿Vos sabés que mis impuestos te están pagando esto?"

Esta semana me di cuenta de una curiosa casualidad alrededor de lo público. Es de público conocimiento la situación de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Alrededor de 20 escuelas están siendo tomadas por los estudiantes, bla, bla, bla...
En ese marco hubo una serie de notas, informes y entrevistas de los canales de noticias enfocándose en la actitud de los estudiantes, los efectos en los alrededores, etc. Uno de esos canales es C5N, donde trabaja Eduardo Feinmann. Este periodista tiene una larga historia de ensañamiento con cualquier joven que haya osado reclamar por algo. Una de las ideas más esgrimidas es que estos chicos que hacen, en cierto sentido, "paro", le deben al resto de los ciudadanos la obligación de estudiar y poner esfuerzo en ello.

Siguiendo esta línea, los chicos de las escuelas públicas estarían en deuda con los contribuyentes, porque el hecho de que puedan estudiar es un privilegio garantizado a través de los impuestos que pagamos todos.



En otras palabras, si no usaran la escuela pública, tendrían más derecho a usar su tiempo, como para luchar por una causa X.
También... si no se tuvieran en cuenta los subsidios que reciben, las escuelas privadas tendrían chicos que, solamente por poder estudiar allí, tendrían menos obligaciones para con el pueblo, y más libertad para manejarse por la vida.

Por un momento da la impresión que los chicos que, por elección o imposibilidad de sus padres, pertenecen a las escuelas públicas, están recibiendo un privilegio. Privilegio que los que van a escuelas privadas no reciben.

Disculpen resaltar lo obvio, pero... ¿no que la educación es un derecho?


En otro contexto, La otra pata, el programa de radio de Slotogwiazda, se preguntó durante el viernes 27/08 si estaba bien la manera de funcionar de Canal 7. Resaltando la presencia del programa filo-kirchnerista, cuando no hiper-oficialista, 678. La cuestión principal que se planteó es si un programa así se corresponde con lo que debería ser el canal público.

Le reprocharon al conductor, en comunicación telefónica, los reiterados ataques a figuras políticas, periodísticas y mediáticas, subrayando que se hace a través de un recurso público. Yo quiero decir algo, porque nadie parece haberse percatado. El espectro radioeléctrico es recurso público. Todo el espectro. El programa de radio también hace uso de un recurso público. Pero nadie se preocupa demasiado por el uso que algunos individuos le dan.

Y acá está el punto en común con el anterior tema. Si algo es público, es más factible de ser objeto de escrutinio de todo tipo. Está naturalizado que a lo público se le deba exigir más que a lo privado, pese a que muchas veces no se use o consuma de ese ámbito público.


Y la facultad de lo público se extiende a las personas que transitan ese ambiente. Dicho de otro modo, el estudiante de escuela pública y el trabajador de Canal 7, por ser actores públicos, poseen menos libertad que aquellos que pertenecen al ámbito privado.

Parece normal poder pedirle al trabajador de Canal 7 que no le hable a nadie en particular, que no tome partido (o por lo menos que no lo haga para con cualquier oficialismo), y en cambio se limite a ser neutral, transparente, y se dirija a todos los argentinos por igual.

Tal vez así le exijan porque no es independiente. Pero lo que me llama todavía más la atención es la negación de que el espacio público hoy en día no pasa muchas veces por aquel que está en la órbita del Estado. La vida de la gente transcurre en gran parte en ámbitos privados.

No infiero que haya algo malo en eso. Digo que muchas de las preocupaciones que algunas personas tienen acerca de los actores públicos es desmedida en comparación con la injerencia que estos tienen en la vida pública cotidiana. Es un escándalo que haya un programa en la televisión pública que llame mentiroso a un periodista, tal vez mostrando imágenes de archivo que delatan la mentira; pero es normal (y hasta saludable) que un programa, conducido por el Editor Jefe del mayor medio gráfico del multimedio al que pertenece el canal, otorgue semanalmente el título de "pinocho" a discreción.


Es bien sabido que la objetividad es algo difícil, sino imposible, de alcanzar. Pero que esté ausente de toda discusión la comparación a conciencia entre lo público y lo privado, es señal de una de dos cosas: que nadie tiene interés verdadero en un cambio de realidad; o que estos conceptos están tan naturalizados en el inconsciente colectivo que no se llega a razonarlos, y se los vomita casi instintivamente.

Prefiero pensar que las personas no son toda una manga de... maquiavélicos, y pensar que lo que sucede es sencillamente una falta de reflexión. Y la falta de reflexión se soluciona más fácil que el maquiavelismo crónico.

Solamente se necesita plantar la semilla de la idea.
Eventualmente la idea germinará.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fede, acabo de ver esto y sinceramente te lo agradezco!
Hay mucho cliché atrás de las discusiones sobre estos temas, y la verdad me sorprende la frescura y la responsabilidad con la que lo estás pensando!
Y a última palabrita me encantó :P(guiño, guiño ja)!
Hablando en serio, qué bueno que estas ideas, las tuyas digo, se puedan compartir con otr@s que piensen y sientan parecido (o bien distinto, siempre que no se anulen mutuamente y que le pongan más sinceridad que maquiavelismo) y convertirse en acción!! en fin, que germinen...
Un abrazo Fede!
Gina de Tandil

Unknown dijo...

Gracias, Gina! ^^

Jaja! Lo de "ideas que germinan" fue porque justo por esos días había visto Inception (el origen), la última de Nolan, y me voló un poquito la cabeza.

Era un guiño a la película =P Pero me alegro haberlo puesto y que sea guiño (auqneu inconsciente) de Germinal.

Un abrazo!
=D