17 diciembre 2007

Fin de año. Cal y arena.

El mismno día que terminó el ciclo lectivo de la facultad tuve un éxito y un fracaso. Respectivamente me causaron una alegría inmensa y una tristeza asfixiante. Empiezo contando el fracaso, pese a que sea el segundo en ocurrir, pero es que prefiero terminar con la parte feliz que con esta.

Empujado por la ilusión y la esperanza encaré a una querida amiga para aclararle que era más querida que amiga. Lo hice de la misma manera patética y sin artificio con la que suelo desenvolverme en esas situaciones. Obviamente, por lo que dije antes, fui un fracaso.
Y en cuanto la ilusión y la esperanza desaparecieron contemplé, como tantas otras veces, el vacío que me inundaba. Que me sofocaba y asfixiaba.

La Tristeza. El Rechazo. El Dolor.
El mundo se venía abajo...

Ese mismo dia en que terminó el ciclo lectivo, nosotros, los alumnos de la facultad, exhibimos en el evento "La noche más corta" nuestras producciones audiovisuales realizadas durante el año. El cortometraje que hizo mi grupo de 7 personas, el cual en esta ocasión tuve la responsabilidad de dirigir, estuvo ahi y fue el que cerró la muestra.

El público pudo votar a su favorito. Y el más votado resulto ser el nuestro. Muy gratamente el público no solo nos dió su voto, sino que también nos complació con varias carcajadas. Eso fue bueno, porque desde un principio el objetivo fue arrancarle al público una risa. Hacerlos reir.

El haber alcanzado ese objetivo, simple pero dificultoso, es en el fondo el verdadero éxito que logramos. Fruto del trabajo, la diversión y el sufrimiento. Llegar a cosechar esto me realizó. La alegría Cobró inmensidad y hizo desaparecer a todos. Solo existíamos mis compañeros y yo.

La Alegría. La Aceptación. El Orgullo.
Nosotros nos íbamos para arriba....

...pero todos seguían ahí al lado nuestro.
Y el mundo también.


Y ahora caigo en la cuenta de lo que pasa. Sucede que no gané ni ganamos ninguna guerra. Tan solo fue una batalla la que ganamos. Por eso hay que seguir luchando. Por so es que no me elevé. Me resistí a subir, y encaré el éxito con humildad.


En el marco de la fiesta en que se dieron los premios del público, luego de haber ganado una batalla, la ilusión y la esperanza me empujaron a encarar la siguiente batalla. Y fue una gran derrota.

La Tristeza. El Rechazo. El Dolor.
El mundo se venía abajo...

...pero yo seguía ahí.
Y el mundo también.

POR ESO HAY QUE SEGUIR LUCHANDO.

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